En 1962, el premio Nobel de Economía Milton Friedman escribió en su libro Capitalismo y libertad: “Hay una y sólo una responsabilidad social de las empresas ─ utilizar sus recursos y dedicarse a actividades diseñadas para aumentar sus beneficios […]”. Muchos años después, el organismo de presión más influyente para los intereses empresariales de Estados Unidos, la Business Roundtable, estableció la doctrina de Friedman en su declaración de 1997, al confirmar que el principal objetivo de una empresa comercial era generar beneficios económicos para sus propietarios.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. En un momento en que la senadora Elizabeth Warren y Bernie Sanders están señalando con el dedo a las empresas, los directores ejecutivos se han dado cuenta por fin de que tienen que intentar reformular la percepción pública de para qué están aquí las empresas:
Por fin las empresas se están dando cuenta de que tal vez no sea eso lo único que debemos hacer. Quizá sí necesitemos cuidar de nuestros trabajadores. Quizá sí necesitemos cuidar el medio ambiente. Tal vez sí debamos tener en cuenta a nuestros proveedores y tratarlos con justicia.
Si bien cada versión del documento desde 1997 ha respaldado lo que se denomina el principio de “primacía del accionista”, lo que significa que las empresas existen principalmente para servir a los accionistas, el 19 de agosto de 2019, la Mesa Redonda Empresarial emitió una nueva declaración que no es nada menos que radical en su respaldo casi unánime.
La declaración de 2019 sustituye a todas las anteriores y esboza una norma moderna de responsabilidad empresarial, que se centra en las partes interesadas y no en los accionistas:
Aunque cada una de nuestras empresas tiene su propio propósito corporativo, compartimos un compromiso fundamental con todos nuestros grupos de interés. Nos comprometemos a:#1 ─ Aportar valor a nuestros clientes.
#2 ─ Invertir en nuestros empleados.
#3 ─ Un trato justo y ético con nuestros proveedores.
#4 ─ Apoyar a las comunidades en las que trabajamos.
#5 ─ Generar valor a largo plazo para los accionistas.
Sí, lo ha leído: los clientes y los empleados, en el futuro, deben ser lo primero, mientras que los accionistas deben ocupar el quinto lugar. Pero, ¿en serio?
Veamos. Según su propio sitio web, los miembros de la Mesa Redonda Empresarial pagaron en conjunto casi 296.000 millones de dólares en dividendos a los accionistas (nº 5), mientras que apenas donaron 8.000 millones (el 3% de los dividendos pagados) en contribuciones benéficas (nº 4). Además, una investigación de Harvard (2018) reveló que los CEO dedican, en promedio, solo el 6% de su tiempo a los empleados (#2), y un preocupantemente bajo 3% de su tiempo a los clientes (#1).
Creemos que es justo decir que las probabilidades están muy en su contra, pero seamos positivos y demos a estos chicos el beneficio de la duda y veamos si realmente están dispuestos a poner su atención y su dinero donde está su boca. Cruzamos los dedos ─ en nombre de todas las partes implicadas.